Así se podría denominar al inminente colapso de la ciudad de Quito al pretender inaugurar la nueva terminal aérea en Tababela, con todas las objeciones que le acreditan desde todo punto de vista, en especial el desplazamiento de los ciudadanos locales y extranjeros hacia y desde el nuevo aeropuerto, muchos habitantes hasta ahora no se han dado cuenta que al no tener las vías concluidas para llegar como sería en otro país donde sí se hacen respetar sus ciudadanos, Quito tendrá que enfrentar esta mal llamada inauguración con un túnel Guayasamín unidireccional en horas pico, av. De los Granados o av. Eloy Alfaro para bajar a Tababela por Monteolivo ya este mismo rato se halla colapsada, el paso obligado por Tumbaco acompañado de intersecciones con semáforos viejos y descalibrados, para luego de un tramo amplio llegar a la garganta más detestable que nos deja en el puente sobre el río Chiche de 40 años de antigüedad, en el que el alcalde Barrera y sus acólitos depositan todas sus esperanzas de que lleguemos a tiempo a tomar nuestro vuelo.
Conociendo el medio en que vivimos sabemos que cualquier accidente de tránsito que se suscite en este tramo será motivo suficiente para dar marcha atrás y regresar a la capital a alojarse después de perder el vuelo, recordemos que ninguna cadena hotelera que funcionan en el país y en el exterior han construido hoteles ni ha mostrado interés en hacerlo en esta área más aún sabiendo que Tababela se empezó a construir hace varios años atrás, a pocas palabras buen entendedor, evidencia clara de la poca fe que estos negocios importantes han tenido en el futuro del funcionamiento de esta terminal construida mas rápido que sus vías de acceso. Creemos que la obra debió haberse suspendido hasta que las vías estén terminadas así como su puente Chiche moderno que dé servicio con seguridad y eficiencia a todo aquel que visite Quito y no endosarnos a los quiteños el problema de tener que pagar los compromisos que se vencen adquiridos por esta irresponsable administración al inaugurar apresuradamente este elefante blanco llamado Tababela.
¿Latacunga prepárense!