A pesar de que las elecciones presidenciales en el Ecuador se llevarán a cabo en febrero del 2013, ya estamos prácticamente en campaña electoral y están apareciendo los posibles precandidatos a ocupar tan alta dignidad, luego de haber inscrito a sus movimientos y partidos políticos. El presidente Correa ha manifestado que todavía no sabe quién será el designado por Alianza País, lo cual me parece algo extraño, pues no existe en su movimiento ningún elemento que reúna las características necesarias para terciar en este magno evento que necesita de personas de altos quilates intelectuales y de un líder político de fuste, por lo tanto el Mandatario sabe que él irá por la reelección y ya trabaja para aquello, solo le falta anunciar el acompañante en la fórmula como Vicepresidente que puede escoger tranquilamente entre los de su grupo, pues no influirá de ninguna manera en su convicción de seguro ganador. Si vamos al campo de la oposición, la falta de líderes de gran talla es evidente, la división notoria de los partidos, la poca cohesión ideológica y los múltiples intereses personales no permitirán formar un bloque fuerte y homogéneo que a través de un candidato único haga frente al contendor del oficialismo. Muerta la partidocracia, resulta ilusorio pensar a estas alturas en un resultado optimista para ganar el poder en las elecciones venideras, falta un trecho interesante y novedoso para definir un claro panorama político y poder avizorar el futuro de nuestro país. La expectativa es grande y el compromiso del electorado debe hacerse sentir para escoger al mejor ciudadano que exprese su amor y lealtad a los postulados democráticos de nuestro pueblo.