Las técnicas de campaña electoral y su conceptualización la comparten todos los asesores de campaña, destacan la segmentación, la retórica discursiva, el atajo cognitivo y laboratorios publicitarios que evocan y simplifican los sistemas de creencias de los electores a través de frases cortas, dependiendo de qué tan conocido es el candidato, nivel de agrado, desagrado del mismo y las tesis propagandísticas orientadas a la campaña permanente y publicidad entretenida.
Todos apuntan a lo mismo, sin embargo la oposición afirmó su fraccionamiento y una lectura errónea del contexto político, por ejemplo la competencia por una curul en el distrito uno de Pichincha de figuras con alta votación preferencial, como es el caso de César Montúfar y María Paula Romo, pero con bajísima votación en plancha los llevó a la autoeliminación, teniendo en cuenta que el método de asignación de escaños favorece a la plancha.
De manera semejante los presidenciables, apuntaron al bloque legislativo propio, incluso sabiendo que sus tesis no se posicionarían y menos motivarían a los electores a votar por ellos, sea porque se requiere renovación o simplemente porque el tiempo de campaña es muy corto.