Los ecuatorianos de bien que somos la mayoría, nos hallamos intoxicados de tanta palabrería que no se cumple, que no se combate a la delincuencia interna e importada sin ningún control, que llegan y asesinan a nuestros semejantes porque no se dejan robar sus pertenencias. Y como la gran cosa, el gobierno solo aplaude al policía que capturó al asesino de una gran dama quiteña, pero nada más. Nuestras fronteras están abiertas a todo tipo de infractores que llegan a hacer de las suyas en todas las ciudades del territorio, grandes y pequeñas; están en todas partes y roban celulares a estudiantes, personas adultas y adultas mayores, porque en nuestro famoso COIP aprobado por la mayoría parlamentaria de Alianza País, robar 300 dólares no es delito, solo es una contravención.
La intención de que se va a realizar una cirugía mayor a la corrupción, va quedando para el cuento, porque los corruptos que fueron parte del gobierno anterior, cuyo cabecilla es Correa, continúan camuflados en el actual. Se dilatan las audiencias judiciales y van ganando tiempo los supuestos corruptos a quienes se pretenden combatir y lograr que devuelvan lo robado a todos los ecuatorianos. Por qué no se cierran las fronteras para una depuración de los delincuentes. Basta. Ya es hora.