La creciente ola ahoga al país, parece no ser suficiente, sin embargo, para que las instituciones bancarias no arbitren las medidas de seguridad idóneas.
Para evitar los robos, asaltos y clonaciones en sus cajeros automáticos ubicados al exterior de éstas. En el caso de un banco ubicado en la avenida Seis de Diciembre, sector El Inca, es clamorosa, desde hace varios meses, la falta de guardianía durante todos los días del año. Esta fue la causa para que un miembro muy cercano de mi familia, resultara perjudicado por los malhechores, a pleno día. En las cámaras de seguridad de dicho banco, que nos fueron expuestas por disposición de la Superintendencia de Bancos, se puede observar claramente cómo tres individuos – y pudieran ser hasta cuatro- campean libremente en el lugar, se acercan a los cajeros, los manipulan, “preparan” el cajero seleccionado por ellos para que la víctima pique el anzuelo y sea despojada de su dinero.
Efectuada la reclamación, el banco aduce la culpabilidad de la víctima por “falta de cuidado “y mil pretextos risibles, todo con la finalidad de negar al cliente la reposición de su dinero, pese a que dichas instituciones tienen seguro para ello.
En la semana que termina, un alto jefe de la Policía Nacional, dijo en una entrevista en TV que las “técnicas” de los antisociales superan ya a la tecnología: pueden hacer lo que les da la gana, pero de ello parece que los banqueros no se han percatado y si lo han hecho, lo niegan, todo para no indemnizar a sus clientes perjudicados.
Mucho me temo que, en verdad, la tecnología, al menos en nuestro medio, haya sido ampliamente superada por la delincuencia nacional, y, a eso unida La viveza criolla, ¡miel sobre hojuelas!