Han asomado ‘chamanes y gurús’, que tienen bajo la manga la solución de todos los males que aquejan a nuestro querido Ecuador sin mirar más allá de sus “cortas narices” y se olvidan de nosotros, el pueblo del día a día y no entienden que significa el ‘Buen vivir’ y el ‘Vivir bien’; por supuesto, sin hacer alusión al Sr. Elhers que, creo, tiene los días contados.
No es solo una acepción o expresión idiomática, el ‘Buen vivir’ ofrece alternativas para construir sociedades más justas, superar los límites de las visiones convencionales de desarrollo que reducen el concepto a una noción exclusiva de crecimiento económico. No conozco un solo caso que se haya privilegiado y respetado los derechos de la “madre tierra” y las facturas que estamos recibiendo por el maltrato, no queremos “pagar ni honrar”. Es la forma de vida que permite buscar el bienestar y la permanencia de la diversidad cultural y ambiental, armonizar con la naturaleza, la igualdad, equidad y solidaridad, no es buscar la opulencia ni el crecimiento económico.
El ‘Buen vivir’ cuestiona la acumulación hegemónica o la forma neoliberal de producir, crecer y distribuir. No podemos ni queremos los ecuatorianos aspirar per se al desarrollo sino a la descolonización. No se trata de imitar ni emular a los países que nos han colonizado sino de liberarnos de ellos y que nos dejen ser “nosotros”. Está asociado a una noción más amplia de progreso. No es un nuevo paradigma de desarrollo, es una alternativa social, liberadora, propone otras prioridades para la organización social diferentes del crecimiento económico que es, por supuesto, deseable en una sociedad pero también importan sus pautas distributivas y equitativas. Si quieren ser ricos no es necesario afanarse en aumentar los bienes sino en disminuir la codicia.
En cambio, el ‘Vivir bien’ es la antítesis. Estamos enardecidos por la corrupción que nos ahoga, los ‘gurús’ no dicen qué van hacer con esta pandemia, con los que quedan desde hace décadas y con los que ingresarán y con los que salen. Mi crítica al presidente Correa por su frialdad para enfrentar este mal, a la indiferencia de comentar sobre esas “falsas democracias de Venezuela y Cuba”, de los ‘Panamá papers’, de esos cuatro gatos que se llevan nuestro dinero en sacos; pero tampoco simpatizo con la oposición porque son igualitos.