Blanqueo de dinero

El Diario EL COMERCIO, en su editorial del sábado 15, señala con certeza clara y manifiesta, que nuestro “país es vulnerable a las actividades vinculadas con blanqueo de dinero, especialmente desde la vigencia de la dolarización”.

Recuerdo que hace algunos años y con esa misma certeza, también le oí decir por TV a un connotado político, que en el Ecuador se lavaba dinero en cantidades astronómicas.

En este punto cabe aclarar que tanto el “blanqueo” como el “lavado” de dinero es un proceso mediante el cual, si un individuo obtiene dinero por medios ilegales y no declara este ingreso a las autoridades monetarias correspondientes, está creando lo que se conoce como dinero negro. Y sobre las dos preguntas finales que plantea EL COMERCIO en su editorial: ¿cuán importante puede llegar a ser el blanqueo en el conjunto de la economía de un país y sus vínculos con otros delitos? y ¿cómo combatirlo?

Me permito manifestar que escarbando en libros y buceando en Internet sin escafandra pero con el ratón en la mano, encuentro lo siguiente: “Hay instituciones financieras especializadas en blanquear dinero proveniente del narcotráfico, venta de armas, trata de blancas y que los medios y formas de blanquear dinero dependen tan solo de la sagacidad e imaginación de la persona que posee dinero negro.

Y finalmente se dice que cuando el fraude fiscal de un país es muy elevado, el primer agente interesado en que se blanquee el dinero es el propio gobierno, por lo que es frecuente que cuando se concede a los defraudadores una amnistía fiscal, el gobierno crea mecanismos que permiten el blanqueo”. Y aquí me quedo. ¡Patatús!

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