A las desventuras que dan la política y la vida, la otra tarde restañé mi alma con un banquete intelectual que me proporcionó Letras del Ecuador, número 206, editado por la Casa de la Cultura y cuyo primer número publicó Benjamín Carrión en 1945.
En la soledosa quinta de Cotocollao, donde funciona la biblioteca Aurelio Espinosa, degusté las 56 páginas en sepia de este enorme magazín.
Raúl Andrade entrega seis retratos literarios sobre Unamuno, Galdós, los hermanos Machado, Azorín, Villaespesa y Valle Inclán. Susana Cordero escribe acerca de la figura y sueño de María Moliner, a 50 años de su diccionario.
El color de la suerte, de Sandra Araya, con esta epígrafe de Leopoldo Panero: “Lo que convierte a un hombre en mendigo, borracho o loco es la luz. Y la luz no es nuestra”.
Conversación nocturna (Jorge Dávila); Gremios de fotógrafos en Quito (Patricio Estévez); Poemas de María Balladares; Mi padre y yo (Johnny Jara); Humberto Moré, arquitecto y vanguardista (Juan Hadatty); Dos miradores de librería (Lucía Ponce y Karina), entre otros, conforman el contenido de Letras, con la dirección de Irving Zapater.