Los depósitos que hacemos en los bancos de nuestra confianza, están protegidos por la ley, ése dinero que nos cuesta tanto sacrificio ganarlo, a su vez, sirve para incrementar la riqueza del país que va a beneficio de toda la población. El Estado tiene la obligación de defender estos ahorros, para que cumplan con la finalidad de la familia y de la población. El mantenimiento del Banco Central vela por los principios de equilibrio, en el manejo de la reserva establecida con nuestro depósitos, más otros de entidades al servicio público como el IESS, reservas monetarias de municipios para proyectos, obras sociales y otros, como control en productos necesarios para nuestra subsistencia. Hoy con la pandemia necesitamos vacunas para asegurar la vida de toda la población, su importación depende de la cantidad de dinero que podamos tener como respaldo en el Banco Central. La Ley de Defensa de la Dolarización, tiene como fin asegurarnos que esos fondos de protección ganados con esfuerzo, sirva para casos como el de conseguir las vacunas, alimentos y otro tipo de bienes que mejorarían atención a pacientes en hospitales, educación de nuestros hijos, protección del agua que bebemos, etc. La Asamblea tiene la obligación moral de asegurar la dolarización que respalda el sacrificio de los ecuatorianos. Hablar de tomar esos fondos para regalar a un millón de personas, es un acto de egoísmo con los 17 millones de habitantes restantes, quienes muchos de ellos viven actualmente casi en la miseria. Defender la economía del trabajo diario, es crear más oportunidades para aquellos que hoy no tienen esa facilidad, el utilizar nuestras reservas del Banco Central, en gastos superfluos, es dejar a la población, sin defensa para el mantenimiento de la salud, educación y conservación de la vida.