Varios temas de gran magnitud y trascendental importancia se trataron en la VI Cumbre de las Américas, en Cartagena: la seguridad, la lucha contra el narcotráfico, la búsqueda de más inversiones, en consecuencia más mercados y clientes; creación de más fuentes de trabajo y la reducción de los índices de pobreza. Es decir, el tratar de mantener con todos los medios posibles una lucha incesante y orgánica contra la miseria y la ignorancia; contra la insalubridad y la necesidad; contra el abandono y el desamparo.
Estos son males que aquejan a todos los países de la región y más allá de los resultados de la cumbre, no podemos darnos el lujo de una inasistencia, ¡esto es imperdonable! Las políticas de Estado y los intereses de un país, no se construyen con “caprichitos” de niño retobado, señor Presidente. Esa “solidaridad” hacia un país extranjero, por más “hermano y amigo” que sea, le corresponde a su país, al Ecuador y a nadie más.