Los últimos acontecimientos y hechos en el quehacer de la política y vida nacional dan lugar a algunos comentarios: los cuatro veedores que actuaron en las investigaciones de los contratos que el hermano del Presidente suscribió con el Estado, ahora son acusados por la Fiscalía de emitir falsos testimonios y se encuentran perseguidos como vulgares delincuentes. Cabe recordar que esta veeduría fue solicitada por el propio Presidente. ¡Audacia y cinismo!; el Canciller elude hábil e irresponsablemente una entrevista con la cadena CNN, para evitar preguntas incómodas sobre esa vergüenza llamada “narcovalija”. ¡Astucia!; se arremete contra el presidente de los EE.UU. de Norteamérica, porque no aceptan ¡qué va!, las críticas que en el país no existe libertad de expresión. ¡Intolerancia!; a la Comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional no le interesa en absoluto llamar a juicios a ciertos ministros. Es más cómodo proceder a archivarlos; y el señor Alcalde queda en ridículo por el cambio de nombre al nuevo aeropuerto. ¡Casos de sumisión!
Vivimos un estado de sometimiento y aceptación, sin opción a replicar y protestar, de lo que dice e impone el Presidente realmente vergonzante.
¡Primero está la altivez y dignidad, señores, luego piensen en mantener sus carguitos!