Al finalizar los Juegos Olímpicos de Londres, el Gobierno de turno oficializará sin lugar a dudas el asilo a Assange, no en vano el propio Estado ha invitado a su madre a visitar la Cancillería y se ha encargado de difundir y maximizar el tema, sorprendidos quedarán algunos ingenuos de este hecho, sin embargo pienso que dado el inicio de la campaña política, Assange será presentado en las sabatinas de Correa y en las infaltables e inoficiosas cadenas de televisión, por supuesto con traductor incluido a quien le será entregado con la debida antelación el libreto para el show donde presentarán a este personaje como el ejemplo de la tolerancia y respeto a la libertad de prensa de la revolución ciudadana.
Sin más será una herramienta para convencer a más ingenuos o ratificar la viveza de sus seguidores, vendrán aplausos, gritos de solidaridad, se agudizarán el cinismo, la prepotencia, la arrogancia, y el ego tendrá su mejor alimento. Entonces seremos anfitriones a la fuerza de una persona no grata perseguida por la justicia internacional bajo dos cargos, la invención de los famosos WikiLeaks de los que seremos parte y también de un presunto violador, ya que así ha sido denunciado en Suecia; entonces dirán con seguridad que la revolución avanza, y tienen razón ya que nadie hace nada más que tolerarla. Lo que falta para que nuestra imagen internacional sea completa pero equivocada.