En relación con una publicación y una extensa carta en EL COMERCIO sobre el asesinato de Antonio José de Sucre, permítanme unas reflexiones: 1.- La historia no es una disciplina rígida como un dogma. 2.- Para la objetividad requerida es imprescindible eludir los compromisos. 3.- Es indudable que se trató de una conspiración regional, pero sus autores no firmaron documento ante notario público, como es obvio. 4.- El historiador profesional Masur, biógrafo de Bolívar, pide fijar la atención en los beneficiados con el asesinato.
Cuando faltan documentos, entonces la lógica presta una gran ayuda. A propósito, en un canal de televisión especializado en investigación de asesinatos, es curioso observar que la mayoría tiene su origen en la codicia: el dinero fácil y el poder. Hay hechos históricos evidentes como las intrigas en España para la reconquista de esta región que concluyó felizmente con la confiscación de las naves por la armada inglesa. Es claro que el general Flores fue capaz de cualquier cosa por mantenerse en el poder. El pensamiento crítico permitirá al lector sacar sus conclusiones.