Mis sinceras felicitaciones a los latacungueños por poder ofrecer ya desde octubre una alternativa a los viajeros constantes dentro de Ecuador y por si fuera poco, a un precio menor, ya que en Quito las tasas aeroportuarias son altísimas.
Con gran inteligencia esperaron que las obras de infraestructura vial y de primer orden estén concluidas para ofrecer su aeropuerto como alternativa para el pasajero. Son muchas las empresas que han debido ajustar horarios y que han cambiado su esquema de trabajo por la imposibilidad que tienen las personas de llegar a tiempo a sus sitios de trabajo por la falta lamentable de vías de acceso que tenemos en Quito para usar el nuevo aeropuerto.
Increíble pero cierto: se inauguró una obra sin haberla concluido, sin tener un puente respetable y que ayude a la circulación vehicular, y debemos seguir llenándonos de paciencia. Falta aún un año para poder acceder a un, dicen, excelente servicio de carreteras. Quito empieza a perder ingresos y a dejar de tener importancia. Por favor, quisiera, como quiteña, saber a quién debo agradecer por este gran daño causado a mi ciudad.