Veo que los anuncios clasificados del sector público (frecuentes ahora que hay tanta inestabilidad de personal burocrático), aparecen también en quichua y shuar, así como los nombres de las oficinas en algunas entidades. Me parece bien, ya que estamos en tiempos de rescate de lo autóctono, donde hasta la minoría blanca deja de constar en el censo poblacional: el dogma actual es “todos somos mestizos”. Debería permitirse entonces el uso de palabras quichuas tradicionales.
Hace poco fui agredido verbalmente por un sujeto que resultó ser policía en ropa de civil, cuando le indiqué que no debía parquear su carro encima de un “chapa acostado” (rompevelocidades). La palabra en quichua, “el que cuida” es apropiada para designar a un policía que cumple ese trabajo; para uno que no lo cumpla, resulta elogioso y no debería ser motivo de enojo si queremos usar términos autóctonos.
Al menos en la Sierra, siempre hemos usado palabras como “chapa”, “guambra”, “guagua”, “guandungo”, etc., sin intención ni contenido ofensivo, excepto para los acomplejados, quizá más numerosos de lo que se piensa.