Anormal entrega de medicinas en el IESS

Soy un jubilado del Seguro Social y por mi edad requiero de medicinas, básicamente para la próstata, para cuya dolencia necesitan inyectarme “Leoprostin” todos los meses, conforme la prescripción de la médica uróloga del Hospital Andrade Marín que me atiende, para lo cual debo retirar mensualmente de su farmacia la inyección respectiva.

El problema radica en que la entrega se hace dependiendo del genio de la empleada de ventanilla o el reclamo respectivo, porque generalmente se lo consigue solo después del reclamo, ya que aducen en primera instancia que “no hay en existencia”, lo que resulta una burda mentira, porque posteriormente “descubren” que si había la medicina requerida.

No puede ser que la persona necesitada de atención médica tenga que ponerse brava para que encuentren la inyección solicitada, porque de lo contrario el paciente tiene que volver dos y hasta tres veces, en cada mes, para que le atiendan.

Espero que esta carta sea conocida e investigada por las autoridades del Instituto para que se corrija ésta anomalía, pues, aunque en el envase reza claramente que está prohibida su venta, no sería difícil que se la esté suministrando con la entrega de alguna “gratificación”, dado el alto valor en el mercado de la medicina que yo necesito.

Lo raro es que según comentarios de varios pacientes, los medicamentos caros generalmente son los que siempre faltan, porque tendrían “dueño” y los baratos, los que siempre sobran.

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