Ha sido el título de algunos artículos publicados, dando a entender el gran triunfo político alcanzado por nuestra sociedad al haber impedido que se repitan gobiernos de facto. Al respecto debo decir que nunca he estado de acuerdo con las dictaduras. Sin embargo debo hacer presente que en nuestro país se han caracterizado por ser dictablandas y normalmente se han esforzado por hacer obras en pro del país. Si tomamos como referencia el Gobierno Militar anterior al inicio de los 40 años de democracia, deberíamos reconocer que la obra realizada en pro del país ha sido superior a la llevada a cabo en estos últimos 40 años de democracia. Cuando se inició el Gobierno Militar en 1972, el PIB del país era aproximadamente de 23 mil millones de sucres, equivalente a USD 900 mil. El precio del barril de petróleo estaba dentro de USD 2.30 y máximo se llegó a exportar 300 mil barriles diarios, sin embargo se inició y se terminó toda la infraestructura para la perforación, producción, oleoductos para su transporte, la refinería y el puerto de Esmeraldas para su exportación. Se construyó el Puerto Marítimo de Manta, se desarrollaron los centros industriales. Se iniciaron y se construyeron las represas hidroeléctricas para proveer de energía eléctrica al país. Se iniciaron y se construyeron vías para el transporte terrestre, se desarrollaron los aeropuertos a nivel nacional en genera. Se apoyó el desarrollo del comercio con el exterior, el desarrollo del sistema de educación y de salud a nivel nacional. Se apoyó la producción con facilidades financieras bajo el lema del General Rodríguez Lara “hay que sembrar el petróleo”, y por ello se redujo la tasa de interés del 12% al 9% anual para los pequeños productores. Así mismo el país se caracterizó por su seguridad interna y externa, cero guerrilla y narcotráfico.
Creo que tanto los partidos políticos como nosotros mismos como electores hemos fallado y, si no hacemos un esfuerzo durante esta generación para llevar a cabo un plan único de desarrollo en base a un acuerdo entre los partidos, el futuro del país será caótico. Guillermo Dueñas Iturralde