El Gobierno ecuatoriano ha decidido suspender la escolta o guardia de protección al ex presidente Correa y al ex vicepresidente Glas, con base en un análisis de riesgos, de cuya conclusión se deduce que no existe ningún riesgo, y, que por lo tanto no es necesario mantener esa protección.
La pregunta que surge es: ¿cuáles son las circunstancias y condiciones que han cambiado desde que se dio la protección?
Que se sepa, nada ha cambiado desde entonces, lo que en buen romance significa que si se hubiera hecho ese análisis desde el principio, no hubiera sido necesario el proporcionar, a costo del erario nacional, un servicio innecesario.
¿Por qué no se hizo el análisis desde el principio? De lo que recuerdo el decreto decía que se debía dar protección “de ser necesario”, sin embargo de una manera totalmente absurda se les proporcionó algo que no era necesario.
Se evidencia en este caso, negligencia de las instancias correspondientes y del gobierno actual, que solamente tenía como finalidad dar cumplimiento a un capricho infantil de quien no se acostumbraba a vivir sin un ejército de guardaespaldas, solamente por complacer su ego y sentirse poderoso.
También, la calidad humana de un ex presidente que, indiferente ante la situación económica de un país, no le importó un gasto superfluo para dorar su vanidad frente a un vecindario que ni siquiera lo toma en cuenta. Una manera de hacerse notar en un país donde es uno más del montón, y donde quizás sí evalúen la presencia innecesaria de una guardia personal.