No se trata del ecuatoriano General José Eloy Alfaro Delgado, ex presidente del Ecuador. Tampoco del argentino-ecuatoriano Alejandro Alfaro Moreno, exfutbolista y actual presidente del Barcelona Sporting Club. Me voy a referir al argentino Gustavo Julio Alfaro, director técnico de la Selección de Ecuador.
Alfaro tiene una hoja de vida que resume un trabajo dedicado, disciplinado y honesto. Nuestra selección necesita, como una empresa quebrada, de este tipo de líder: Que nos dirija, que nos levanté el ánimo, que nos una y que promueva una transición entre generaciones. Pero esta empresa, la de la selección, a más de quebrada adolece de los problemas del país: El regionalismo, la envidia, la corrupción y la costumbre que serán nuestros enemigos extra futbolísticos y que harán más daño que Messi, Neymar y Suárez juntos, si es que no los derrotamos primero.
Los aficionados ecuatorianos somos buena gente y en los futbolistas ecuatorianos encontrará materia prima suficiente como para hacernos soñar, señor Alfaro. Solo hace falta buscar algo que nos una y un objetivo que nos haga olvidar a los canallas que nos han robado el país. Ese algo es la selección y la meta debe ser Qatar 2022. Ya lo hicimos durante las 3 clasificaciones a los mundiales, y esperamos bajo su liderazgo, competir con dignidad, con altura, con honestidad y con patriotismo.
Ojalá los futbolistas, los dirigentes, los aficionados y los periodistas soldemos nuestra buena voluntad al proyecto Alfaro y dejemos que nuestro seleccionador trabaje en paz y con confianza a largo plazo. ¡Suerte, Gustavo Alfaro!