El Alcalde de Quito y los concejales de la ciudad, acaban de elevar los impuestos prediales en el Distrito Metropolitano de Quito en porcentajes que llegan hasta el 500%, provocando una justa indignación ciudadana.
Dicha medida inconsulta se toma en momentos en que la economía familiar está afectada por el aumento del desempleo y del subempleo; y, el mercado inmobiliario se encuentra estancado, casi sin movimiento por falta de compradores.
La exagerada e irreal revalorización de los bienes inmuebles decretada por las actuales autoridades municipales, provoca el aumento de los siguientes rubros:
1. Los impuestos prediales, que aumentan en forma desmesurada;
2. Los impuestos a la transferencia de dominio, en caso de que uno decida vender el predio y tenga la suerte de encontrar comprador, porque de acuerdo con las normas municipales vigentes, el valor menor al que se puede transar un bien raíz, es el establecido por el Municipio como valor catastral;
3. El impuesto a la plusvalía que el propietario de un bien inmueble debe cancelar el momento de vender un bien raíz; y,
4. Los impuestos a la herencia, que se vuelven confiscatorios dada la sobrevaloración de los bienes inmuebles establecida por las actuales autoridades municipales.
Al haber sobrevalorado los bienes raíces, las actuales autoridades municipales, han impuesto una pesada carga económica sobre las familias que habitamos en el Distrito Metropolitano de Quito, que por esa acción desatinada de las autoridades municipales, aparecemos como “artificialmente” muy ricos, frente a los habitantes de otras provincias cuyos alcaldes y concejales, conscientes de la situación económica del país y de las familias, han decidido mantener inalterados los avalúos y las tarifas de los impuestos prediales.
La sobrevaloración de los bienes raíces tendrá también una incidencia negativa sobre la actividad de la construcción, generadora de empleo, que ya se encontraba en una crítica situación, puesto que al elevarse el precio de la tierra, se elevan los costos por metro cuadrado de construcción, además de que, los elevados impuestos prediales, que se suman a los demás impuestos y costos mencionados en párrafos anteriores, castigan el ahorro y la inversión en bienes raíces, estimulando el consumo y la fuga de capitales.
Parece que el Alcalde y los concejales, corresponsables de esta medida, no se acordaron que este año, debemos elegir nuevas autoridades municipales.