El Alcalde de Rumiñahui Ing. Héctor Jácome Mantilla, ha durado siete años en la administración municipal, tanto tiempo en el cargo en el que ningún Alcalde ha tenido los recursos económicos para la generación de la obra pública es cierto, como cierto es que se ha invertido mucho en obras de infraestructura y educación, es digno reconocerlo, pero hay que realizar un balance entre la obra pública y la realidad cantonal.
En transporte no se mira un cambio cualitativo, caos vehicular por las principales calles y avenidas en la que no existe un adecuado control, señalización y la informalidad de taxis y camionetas campea a vista y paciencia de las autoridades.
En seguridad y salud, Sangolquí y su Centro Histórico se encuentra a merced del comercio informal, la delincuencia, contaminación y falta de control por parte de la Policía , Municipio, Comisarios y Jefe Político.
En la obra pública el gasto que se hizo, no se dio en ninguna otra administración, a excepción de obras para el deporte y la recreación, inclusive con escándalos que no solo que no se han investigado, sino que de manera cómplice han sido tapados por autoridades de control como el Mercado Turismo, la entrega de anticipos a contratistas, pago de remuneraciones a directores e incremento de personal administrativo fuera de los ámbitos de la Ley, cuyos informes en la Contraloría duermen el sueño de los justos, gracias al tráfico de influencias generada inclusive desde el Gobierno Central.
Somos testigos además de la falta de Fiscalización de Autoridades Municipales como los señores Concejales, que en esta Administración Municipal que fenece ha sido nula y su participación en nada a contribuido a generar control de la obra pública convirtiéndose en meros expectadores de los desatinos e ilegalidades de la Autoridad Municipal.