¡Qué cobardía!, sin embargo la prepotencia, “el valor” y la fuerza de “machos” en contra de la mujer siempre se ha ejercido como un derecho. Esta situación es histórica, viene de ancestro, y es tan natural que nadie decía nada, hasta ahora.
En las últimas semanas una serie de grupos defensores de los derechos de las mujeres han salido a las calles a protestar. Ahora en los medios de comunicación es común encontrar referencias sobre el tema.
Se han abierto foros, se pide incluso la revisión de leyes caducas que no protegen al género femenino. Está muy bien, pero no basta. Nos toca a los hombres velar por la total seguridad de la mujer en todos los ámbitos. Me refiero, por supuesto, a aquellos varones que lo sean realmente y no a los que, con su indiferencia, sean cómplices indiferentes a la situación.