En estos días en que Loja vive su más importante fiesta religiosa con motivo de la Romería de la Virgen de El Cisne, ha sucedido algo insólito que agrede la fe y la sensibilidad de los creyentes y turistas que convoca este evento. Desaprensivos fanáticos que no fueron controlados por autoridad alguna, y cuyos fondos para realizar este “trabajito” deberían ser investigados, han manchado muros y paredes en diferentes puntos de la vía Catamayo-Loja, con propaganda a favor del hoy prófugo Correa.
Casualmente, en reciente entrevista con Ecotel, la flamante Gobernadora de Loja ha declarado: “…Pertenecemos a un proceso de cambio que inició hace más de 12 años…” ¿A qué cambio se refería la flamante funcionaria?, ¿será tal vez al pregonado por Correa?, al que también llamó “milagro ecuatoriano”, que difundió mediante un millonario despliegue publicitario, que resultó ser un sistemático proceso de corrupción y atraco a los fondos públicos.
Es inaudito que esta farsa tenga adeptos aún, si las evidencias de culpabilidad sobran. Con el agravante de que la Asamblea, responsable de la fiscalización, incumple con desvergüenza su cometido. Al respecto, es ejemplar la iniciativa de la periodista y activista colombiana Cathy Juvinao, quien lidera una investigación para desenmascarar a diputados de su país que no han desempeñado responsablemente sus funciones, aprovechándose del cargo para beneficio personal (incluido el palanqueo para favorecer a familiares, por ejemplo), lo que les ocasionaría la muerte política y la imposibilidad de ejercer un cargo público de elección popular. ¡Cuán saludable sería para la democracia ecuatoriana, emprender una acción similar!