Expreso mi profunda gratitud al personal que me atendió el 12 de diciembre en el Registro de la Propiedad de Quito, ya que previamente al ingreso a esta dependencia para realizar un trámite, sufrí un percance y como resultado me detectaron una herida y fractura en la mano; dos funcionarios dejando por un momento sus actividades específicas me brindaron los primeros auxilios atenta y oportunamente, luego tramitaron la derivación a un centro médico.
Qué contraste con la actitud del señor chofer del bus causante de mi accidente, pues no paró en el lugar indicado y cerró la puerta abruptamente, no obstante los pedidos, de la gente para que detenga la marcha y abra a puerta que me tenía atrapada la mano, todo esto fue producto de las carreras por competencia sin respetar a los usuarios. Al parecer las autoridades de tránsito hacen poco o nada para detener los abusos de algunos mal llamados profesionales del volante.
Ernesto Castro García