Con asombro he podido leer la crítica que el señor Mauricio Salgado en referencia a la construcción de una Capilla de Adoración Perpetua y la inversión que aquella obra merecidamente ha recibido, ya que se desconoce la importancia de la Adoración al Santísimo Sacramento dentro de la vida de fe del católico, actividad a la que Benedicto XVI ha calificado de prioridad, no de lujo, ya que la Adoración permite contemplar -a través de los ojos de Dios- todas las realidades humanas para, de esa forma, transformarlas para Cristo. No hay “despilfarro cristiano” alguno en su construcción, ya que han sido fuente de gran fecundidad para las parroquias en las cuales se han desarrollado.