Las múltiples declaraciones del Mandatario sobre el caso del asilo de Assange deja entrever que su decisión ya está tomada. A nadie en sus cabales, excepto los asistentes a las sabatinas, se le puede ocurrir que otra sea la decisión.
Lo que se busca ahora es justificarla con un estudio voluminoso, de esos que le encanta a la burocracia, en el que se demostrara que el asilo sí está justificado y que tanto el Reino Unido como Suecia han procedido al margen de la ley y los derechos humanos.
Habrá opiniones brillantes, habrá citas de eruditos de todo tipo, habrá muchas y variadas frases celebres etc., nadie espera lo contrario. Es de pensar, que antes de entrar a la sede diplomática ecuatoriana en Londres, este delincuente, así calificado por las cortes y autoridades de estos dos países europeos, debe haber negociado, concertado o acordado con nuestros diplomáticos o jerarcas que efectivamente se daría asilo, caso contrario no se explica, que así porque así vaya a nuestra embajada.
Este culebrón, uno más de los muchos al que nos tienen acostumbrados los genios de la revolución ciudadana tendrá varios capítulos, uno de ellos será si el Reino Unido, de gran tradición, solvencia jurídica y coherencia otorgue o no el salvoconducto al asilado, de no hacerlo, como es probable, este pobre hombre pasara aislado, aburrido y en el tiempo olvidado. Cosas de los tiempos.