Por acción u omisión, el poder corrompe

Y si es absoluto corrompe absolutamente. La sociedad puede combatirle rompiendo el silencio y perdiendo el miedo. Hitler y Mussolini supieron hablar a las masas, manejaron emociones, no razones. La propaganda fue un medio para lavar el cerebro, llenándole "con noticias", con ofertas y exaltando un falso orgullo nacionalista. Los discursos fueron demagógicos, sin lugar a réplica peor a un debate público. Fueron gobiernos totalitarios controlando los cuatro poderes fundamentales: ejecutivo, legislativo, judicial y electoral. Los ministros, los asesores y administradores del país, por miedo y usufructo personal, no se atrevían a aconsejar prudencia y rectificaciones. Solo estaban para el aplauso. Esos gobernantes fueron intolerantes y combativos a los medios hasta prácticamente eliminar la libertad de expresión y comunicación. Por cierto que debieron ser inteligentes y hábiles para conseguir el apoyo de la mayoría de aquel pueblo lavado el cerebro. Hoy la historia les juzga negativamente. En mi opinión, con las distancias debidas, hay parecidos con el presidente Correa. Por ejemplo: Es hábil para conseguir el apoyo de aquel pueblo poco o nada deliberante pero sí emotivo. Controla los poderes del Estado Ecuatoriano. Declaró la guerra a la prensa que no es gobiernista. Los discursos, especialmente sabatinos, son demagógicos sin posibilidad de réplica, peor a un debate serio y público. Se dice que en algunos casos actúa y luego piensa cometiendo errores. Desde la Presidencia (publicidad), seguramente con aprobación de Correa se editan videos distorsionando la realidad de los hechos y hasta montajes para confundir al pueblo. No tengo duda de que el poder corrompe, sea por acción u omisión.

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