En relación a la carta enviada por el doctor Jorge Núñez publicada el 28 de marzo en esta sección. Él reconoce que al momento de la sesión convocada el 22 de octubre pasado, hubo quórum de quince personas presentes y por eso pudo instalarse la sesión en que se debía elegir el nuevo Directorio.
En cuanto a los votos enviados por correo, no puedo dar fe, por cuanto el director había guardado estos sin que llegaran a mi persona como Secretario de la Academia, contraviniendo a lo que expresamente indica el artículo 25 de los Estatutos que dice: “las consultas y votaciones podrán hacerse por correo o vías electrónicas que deberán ser certificadas por la Secretaría”.
Al producirse divergencias durante la sesión no fueron tomados en cuenta ninguno de nuestros reclamos por la Dirección.
El académico Enrique Muñoz Larrea presentó una moción de suspender la Junta y que se nombrara una comisión que determine un procedimiento claro para las elecciones; la moción tuvo apoyo, sin embargo no fue aceptada por el Director, en vista de lo cual siete miembros abandonamos la sesión quedando la Asamblea General sin el quórum reglamentario. Por lo tanto los ocho académicos restantes no podían continuar la sesión ni elegir Director y por ello no hay acta legal de lo que ya no era una sesión académica. Al día siguiente nos enteramos de la irrupción del doctor Jorge Núñez en la institución.
Por una Academia Nacional de Historia que por encima de los intereses de poder defienda siempre la verdad de la historia y de los hechos: