El pasado día miércoles 10 del presente mes, en la página 9 de este periódico, leía la noticia de la muerte de Masao Yoshida, el heroico jefe de la central nuclear, que murió de cáncer.
Gracias a Yoshida, y, a un grupo de valientes que lo acompañaron en marzo de 2011, lograron enfriar los reactores de la central atómica de Fukushima.
Ejemplo como el de estos 50 héroes, nos tiene que servir a todos y cada uno de los seres humanos para vivir y dejar nuestra huella, limpia, que produzca la gana de ser imitada.
¡Descansa en paz Masao Yoshida!