Siete años y dos millones de ejemplares producidos después, este crossover actualizó sus cualidades para conquistar más adeptos. Foto: Paúl Rivas/ CARBURANDO
Como parte de la renovación integral de la gama de modelos Nissan, en la que la marca japonesa basa su estrategia de crecimiento en la región para los próximos cinco años, el Qashqai de segunda generación llegó a Ecuador cargado de novedades.
La primera y más evidente es la estética, pues el modelo ahora luce una apariencia más moderna y atractiva gracias a sus líneas exteriores afiladas, muy similares a las de su hermano mayor X-Trail.
El Qashqai continúa la tendencia estilística de los nuevos ejemplares Nissan, cuyas formas sugieren una presencia robusta e imponente, pero a la vez transmiten una sensación de dinamismo y agilidad.
Con sus 4,38 metros de longitud, 1,81 de ancho y 2,65 de distancia entre ejes, este crossover es ligeramente más largo y espacioso que el modelo al que reemplaza. Esto permitió aumentar 20 litros a la capacidad de carga del maletero, que ahora alcanza los 430.
El panel ahora cuenta con recubrimientos de mejor calidad y tiene un diseño muy convincente. Foto: Paúl Rivas/ CARBURANDO
La única medida que se redujo respecto del antecesor es la altura, que pasó de 1,615 a 1,59 metros. Pero esa condición, que no afecta el espacio para la cabeza de los ocupantes, permitió reducir el coeficiente aerodinámico a Cx 0,32, uno de los mejores de su segmento.
Además del diseño, el interior del Qashqai se destaca por la utilización de materiales de alta calidad que resultan agradables al tacto. Aunque moderno, el habitáculo es sobrio y los tonos oscuros de los paneles, tapicería y demás recubrimientos le confieren elegancia.
Un volante multifunción permite manipular los controles del equipo de sonido y de la computadora a bordo para que el conductor mantenga su atención en la ruta.
El Qashqai está impulsado por un motor de 2,0 litros que entrega 140 caballos de potencia a 6 000 rpm y 200 Nm de torque a 4 400 rpm. En la versión Sense (básica) esta mecánica va unida a una caja de cambios manual de 6 marchas, mientras que en la variante Exclusive (full equipo) está asociada a una transmisión automática CVT con función manual y 6 relaciones.
El habitáculo tiene compartimentos de diferentes tamaños para guardar objetos. El motor de 2,0 litros ofrece la fuerza suficiente para mover con soltura a este vehículo. Foto: Paúl Rivas/CARBURANDO
Por invitación de Automotores y Anexos, representante de Nissan en Ecuador, en días pasados pusimos a prueba el desempeño de un Qashqai Sense en Quito y sus alrededores.
En una primera toma de contacto, el vehículo hizo gala de un andar muy suave y silencioso gracias a la configuración de la suspensión (independiente tipo McPherson adelante y multibrazo atrás), a la excelente insonorización del habitáculo y a una nueva dirección con asistencia electrónica que es muy precisa y fácil de manipular.
Pese a sus dimensiones reducidas tiene una apariencia robusta. Foto: Paúl Rivas/ CARBURANDO
Además de la contundente respuesta de aceleración desde bajas revoluciones, se puede apreciar la buena recuperación del propulsor en cuarta y quinta velocidades después de que ha sido necesario bajar la velocidad. Esta cualidad, poco usual en la altura de Quito incluso para algunos vehículos con motores potentes, es muy apreciada por quienes prefieren evitar el cambio de marchas recurrente para mantener el ritmo en vías despejadas con pendientes ascendentes.
Como novedad, el Qashqai incorpora un freno de mano electrónico que se activa y desactiva mediante un botón en la consola central.
El Equipamiento
Sense: frenos de disco ventilados con ABS, EBD, BA y deslizamiento limitado, airbags de conductor y pasajero, vidrios y espejos eléctricos, bloqueo central, alarma antirrobo, radio CD mp3 con bluetooth, puerto USB y entrada auxiliar.
Exclusive: airbags frontales, laterales y de cortina, tracción integral, aros de aluminio de 19 pulgadas, techo panorámico, climatizador dual, botón de encendido, faros neblineros, etc.