Los neumáticos son componentes fundamentales en un automotor, pues al ponerlos en contacto con la superficie desempeñan funciones de tracción, frenado y dirección del vehículo.
Después de muchas pruebas durante la fase de desarrollo, los fabricantes automovilísticos incorporan en sus modelos neumáticos cuyas medidas y características generales brindan un desempeño óptimo, en función del uso para el cual el vehículo fue diseñado.
Cuando se hace necesario reemplazar las llantas por otras debido a que llegaron al final de su vida útil, por requerimientos específicos del rodaje o simplemente por cuestiones estéticas, el mercado local ofrece una gran variedad de marcas y modelos para el recambio.
Llantas con labrados especiales para despejar más rápidamente el agua lluvia; otras con compuestos más duros para ofrecer mayor resistencia en caminos de segundo orden; neumáticos de bajo perfil que permiten colocar aros de mayor diámetro y potenciar la ‘pinta’ del auto, son solo algunas de las alternativas disponibles para satisfacer la necesidad del usuario.
Sin embargo, la elección de un nuevo juego de llantas no es arbitraria. Debe hacerse dentro de ciertos parámetros, entre los cuales las medidas y el diseño del labrado son determinantes.
En cuanto a lo primero, si bien lo recomendable es mantener las medidas del neumático original, los fabricantes de vehículos permiten ciertas variaciones de ancho y alto en determinados porcentajes que pueden ser consultados en el manual del propietario del vehículo o en centros especializados.
Si la medida de los neumáticos sufre una variación considerable respecto de los originales, el comportamiento dinámico del vehículo varía y ello puede comprometer la seguridad de los ocupantes.
Un neumático más ancho que el original puede aportar mayor estabilidad al vehículo, pero también endura la dirección y reduce el ángulo de giro. Una llanta más alta puede hacer que las partes bajas del vehículo no rocen contra reductores de velocidad, pero podría restar confort y rozar contra la carrocería con el vehículo a plena carga.
Por ello, es fundamental buscar asesoramiento técnico confiable a la hora de adquirir nuevos neumáticos. El precio también podría influir en la decisión de compra, pero es necesario tener en cuenta que, generalmente, la relación entre costo y calidad es directamente proporcional.
Otro aspecto importante es verificar que el neumático elegido cuente con certificaciones de calidad y seguridad emitidas por entidades reconocidas. Una de ellas es el Departamento de Transporte de Estados Unidos, cuyo aval del producto se puede constatar cuando tiene las siglas DOT acompañadas de un código numérico.