Han estado por un poco más de 110 años en el mundo automovilístico, pero podrían desaparecer con el tiempo.
Se trata de las ‘plumas’ que incorporan los vehículos en sus parabrisas para deshacerse de la lluvia, la nieve e, incluso, del hielo.
Aunque los expertos las consideran como elementos arcaicos y han evolucionado con el tiempo, nadie las ha desecho hasta ahora. Y es que la firma británica McLaren podría reemplazarlas en uno de sus modelos para el 2015.
Expertos de la marca, encabezados por Frank Stephenson, jefe de diseño en McLaren, se habrían percatado que los aviones de combate no tienen limpiaparabrisas.
Pero incluso en condiciones de lluvia, los pilotos no pierden visibilidad. Ante este maravilloso detalle, ellos decidieron investigar cuál era la causa y se llevaron una sorpresa.
[[OBJECT]]
En estos vehículos se utiliza un complejo sistema de ondas de alta frecuencia similares a los ultrasonidos que se usan en medicina (ecografías, sistemas de limpieza dentales, etc.).
Este mecanismo utiliza pequeñas vibraciones sobre el parabrisas que eliminan las gotas de lluvia, la suciedad e, incluso, los insectos que chocan contra esta superficie.
Por ahora, el sistema podría ser un elemento relativamente caro, lo que podría incrementar el costo de un vehículo. No obstante, en marcas de lujo como McLaren esto podría no ser un inconveniente serio.
Una de las bondades de este sistema de alta frecuencia sería su capacidad para estar conectado permanentemente, por lo que no requeriría la acción de activarlo o ajustar su frecuencia de uso. Todo esto sumado a la mejora estética en cualquier modelo.
Sin embargo, aún existen razones por las que agradecer la construcción de este componente, acreditado a una joven llamada Mary Anderson, en 1903. Una de ellas es el incremento de la seguridad al momento de conducir con condiciones climáticas adversas, como la lluvia o la nieve.
En un inicio fue algo similar a un brazo articulado con movimiento y una superficie de caucho para no dañar la superficie del parabrisas. La idea habría surgido durante un viaje de la mujer desde Alabama a Nueva York, en Estados Unidos.
Al llegar a la ‘Gran Manzana’, observó cómo los conductores debían parar su auto para quitar la nieve y el hielo del parabrisas. Fue entonces cuando pensó que el método podía mejorarse por lo que diseñó un dispositivo para limpiar el parabrisas que pudiese ser activado desde el interior del vehículo.
Tras un año de desarrollo, Anderson construyó la primera ‘pluma’ e inmediatamente la patentó.
Poco a poco, el artefacto fue teniendo acogida entre los fabricantes de vehículos pues se presentaba como una solución viable. Otras personas, por ejemplo, creían que este elemento podía distraer al conductor mientras manejaba y no le dieron credibilidad.
Fuente: www.diariomotor.com