La vigésimo cuarta edición del North American International Auto Show o Salón de Detroit recibe a los principales constructores automovilísticos del mundo. Todos están presentes este año para captar las oportunidades de un mercado automotor que, pese a la crisis financiera mundial, registró en Estados Unidos en el 2011 un incremento del 10%, con 12,8 millones de autos vendidos frente a los 11,6 millones del 2010.
Del otro lado del Atlántico, en cambio, se augura un escenario deprimido, con un mercado que sufre los contragolpes de la crisis de la deuda soberana en la zona euro. Sin ayudas públicas para la reactivación de la economía, el 2012 no promete nada bueno.
En este contexto, donde según el instituto Polk serán los países del BRIC (Brasil, Rusia, India y China) las locomotoras del progreso, con Pekín creciendo un 16% y Brasil superando a Alemania, el mercado de EE.UU. sigue siendo el segundo del mundo para la demanda de automóviles y uno de los pocos bastiones de Occidente.
Por eso estar este año en Detroit es aún más estratégico para los constructores. En particular para los europeos, que con la tendencia a la reducción de tamaño y los autos más compactos y ecológicos ven ampliarse las posibilidades de éxito de sus productos.
Y lo es para los japoneses también, ya que tras perder terreno en las ventas debido al terremoto en Japón y el aluvión en Tailandia tienen prisa por reconquistar su mercado en EE.UU. con nuevos proyectos. Sin olvidar a los surcoreanos, que quieren consolidar su éxito de los últimos años.
Pero sobre todo es esencial para los propios norteamericanos, que después de dos años de crisis volvieron a asumir posiciones de primer plano en su propia casa.
Así lo demuestra la probable reconquista del liderazgo mundial en el 2011 de parte de GM en desmedro de Toyota, o la superación de los dos millones de ventas de Ford en EE.UU, como en el 2007.
También Chrysler muestra un auténtico renacimiento, con porcentajes de crecimiento en las ventas superiores respecto de las demás competidoras, tanto en diciembre como en todo el 2011.
Además, gracias a la alianza con Fiat, Chrysler dispone ahora de una tecnología y que le permiten ocupar el segmento de compactos en el que antes estaba ausente, y que tiene ahora mayores márgenes de crecimiento, debido a la crisis y el aumento del combustible.
Con el fin de demostrar al mundo su nuevo credo, Chrysler eligió este año la vidriera de Detroit para presentar el anticipo de su nuevo Dodge Dart, que será producido en EE.UU. pero nace de la misma plataforma del Alfa Romeo Giulietta.
Entre sus más aguerridos competidores en EE.UU. tendrá al Ford Fusion (que en Europa será el futuro Mondeo), también parte del segmento de compactos y presentado en preestreno mundial en Detroit.
Por su parte, GM apunta por primera vez sus reflectores sobre el Chevrolet Sonic RS, variante deportivo del compacto que en Europa se llamará Aveo RS. A su vez Audi lleva a Detroit el ‘concept’ Vail, derivado del SUV compacto Q3.
Pero aprovechando la fuerte demanda de autos de lujo que, a pesar de la crisis, en EE.UU. nunca dejaron de gustar, BMW podría revelar como estreno exclusivo el M6 Cabrio y la Serie 6 Gran Coupé, mientras que Mercedes hace desfilar por primera vez en la pasarela la sexta generación del SL y dos nuevas Clase E híbridas.
Siempre en el frente ecológico, Volkswagen debuta con el Jetta híbrido. Y en materia de alta gama Maserati, único constructor italiano del Salón, muestra el ‘concept’ del SUV Kubang ya expuesto en Fráncfort, y debutan mundialmente en Detroit el Porsche 911 Cabrio, el Bentley Continental GT V8 y el Cadillac ATS, este último destinado a competir con el Bmw Serie 3.
Entre los japoneses, Toyota revela el nuevo Land Cruiser versión Estados Unidos y el Prius C, mientras Nissan llega con la nueva generación del Pathfinder.