El correcto mantenimiento del vehículo mantiene alto su valor de reventa. Foto: Archivo Carburando
Durante los más de 10 años posteriores a la dolarización en los que el Ecuador vivió una bonanza económica, las cifras de ventas del sector automotor mostraron una línea ascendente. Ese crecimiento se detuvo en el 2011 y a partir de entonces los indicadores iniciaron una tendencia a la baja, que se volvió drástica desde el 2015.
En ese contexto, muchos potenciales compradores de vehículos nuevos debieron dejar de lado sus aspiraciones por distintos motivos. Estos son tan variados como la imposibilidad de acceder a créditos para financiar la adquisición o la decisión de no realizar inversiones considerables hasta que las condiciones macroeconómicas mejoren.
En cualquier caso, unos optaron por quedarse con los vehículos de medio uso que tenían por tiempo indefinido y otros, por comprar ejemplares de segunda mano.
Para los primeros resulta particularmente importante dar buen mantenimiento a sus autos, pues la imposibilidad de comprar uno nuevo los motiva a cuidar muy bien su estado mecánico, en procura de un funcionamiento óptimo, aunque se trate de un modelo con varios años y miles de kilómetros a cuestas.
Con el paso del tiempo, esto también se traduce en un buen valor de reventa, pues por lo general muchos compradores suelen interesarse más por un auto con mayor antigüedad pero bien mantenido que por un seminuevo con evidentes señales de maltrato.
El comprador que reconoce y valora la diferencia entre ambos está dispuesto a pagar un precio mayor por el vehículo que ve en mejor estado, pues sabe que ello implicará menores gastos posteriores a la adquisición en tareas de mantenimiento preventivo y correctivo.
Además de realizar los chequeos de rutina, es importante visitar un taller de confianza cada vez que se detecta un funcionamiento anómalo. La oportuna detección de daños contribuye a evitar que estos se agraven y los costos se disparen.