Los concesionarios y talleres autorizados son la mejor opción para el cuidado vehicular.
Cada vez que una persona adquiere un vehículo nuevo o usado, muchas de sus expectativas se centran en que este resulte fiable durante el tiempo que lo tenga en su poder.
Los avances tecnológicos de la industria automovilística en los últimos 20 años, que han tenido como protagonista a la gestión electrónica de los diferentes sistemas, han contribuido notablemente a reducir el aparecimiento de fallos repentinos y han dado origen a vehículos más seguros y confortables.
No obstante, existen innegables diferencias de calidad entre marcas, modelos, procedencias, etc., pero un factor que resulta determinante para la fiabilidad es el mantenimiento preventivo.
Todo vehículo nuevo vendido en un concesionario va acompañado de un manual en el que se especifican los chequeos rutinarios que necesitará y en qué plazos. Con ello, el propietario o usuario tiene una valiosa guía para el cuidado mecánico del mismo.
El óptimo funcionamiento del automotor, así como el alargamiento de su vida útil dependen, en gran medida, de que esos chequeos se realicen de manera oportuna por parte de técnicos calificados y con piezas de recambio de calidad.
El mercado posventa es amplio y ofrece talleres oficiales y talleres particulares, así como repuestos originales y autopartes alternas.
El cliente toma la decisión de adónde llevar su vehículo según sus preferencias o conveniencia.