El vehículo es cómodo y transmite confianza y seguridad para las diferentes maniobras que usualmente se realizan en carretera. Foto: CARBURANDO
Medellín, la “ciudad de la eterna primavera”, fue el escenario escogido por Kia Motors para la presentación regional del Sportage de cuarta generación.
Un numeroso grupo de periodistas de varios países de Centro y Sudamérica, divididos en pequeños grupos, pusimos a prueba las cualidades dinámicas del flamante modelo y evaluamos su desempeño tanto en las calles de la segunda ciudad más importante de Colombia como en las carreteras del departamento de Antioquia.
La elección del lugar obedeció a dos factores: la importancia que para la marca coreana tiene el mercado colombiano, y la topografía de la zona, que nos permitía constatar el comportamiento del vehículo en condiciones muy variadas.
Más de 20 ejemplares del nuevo Sportage fueron puestos a disposición de la prensa. Entre ellas había unidades con diferentes versiones de equipamiento, pero todas llevaban el motor de gasolina de 2.0 litros que es el que impulsa a los modelos asignados a la región.
Desde el primer contacto el Sportage se mostró muy cómodo. El ambiente interior resulta acogedor y el puesto de conducción es sumamente confortable. Ello representó una invitación para constatar si la experiencia de poner el vehículo en marcha lograba cumplir con las altas expectativas que despertaban su apariencia y sus promocionadas cualidades.
OTROS DATOS
Suspensión: independiente tipo McPherson adelante, independiente tipo multilink atrás
Frenos: discos ventilados / sólidos con ABS
Los modelos destinados a los mercados de América se fabrican en la planta de Kia Motors en la localidad de Gwangju, Corea del Sur. Foto: CARBURANDO
Y en la medida en que el recorrido transcurría, el viaje se convertía en una experiencia placentera tanto para el conductor como para el acompañante. El Sportage ofrece un funcionamiento suave y silencioso, así como el nivel de confort propio de un auto de alta gama.
El motor responde de manera ágil y progresiva a los requerimientos de aceleración tanto en vías congestionadas como en carreteras despejadas, mientras que la dirección con asistencia eléctrica hace que el vehículo siga con absoluta precisión la trayectoria marcada por el volante.
Nos dirigíamos hacia el destino turístico conocido como el Peñón de Guatapé, ubicado 83 kilómetros hacia el oriente de Medellín. El trayecto atravesaba pintorescas poblaciones ‘paisas’ que obligaban a bajar el ritmo del recorrido, tanto por tratarse de zonas pobladas como para admirar los bellos paisajes que cada lugar ofrecía.
El nivel de confort que la suspensión independiente en ambos ejes ofrecía contribuyó significativamente a que los ocupantes de los vehículos no sintiéramos incomodidad en el trayecto, pues en algunas vías periféricas el estado no era óptimo. Varias tenían calzadas irregulares, baches o agrietamientos y en otras se realizaban trabajos de mantenimiento.
Luego de llegar a nuestro destino y tras la correspondiente parada para almorzar y descansar un poco, emprendimos el regreso hacia Medellín, Esta vez los ocupantes de los vehículos intercambiaron posiciones, de tal manera que los acompañantes pudieran experimentar la conducción y viceversa.
Además de viajar más relajado que cuando maneja, el ocupante del asiento delantero encuentra una destacable forma de distraerse al manipular el sofisticado sistema de infoentretenimiento ubicado en la parte central del tablero de instrumentos, o al regular el climatizador de doble zona a la temperatura de su preferencia.
Al final de la jornada, los casi 170 kilómetros recorridos no pesaron como probablemente sí habría sucedido en otro vehículo, gracias al alto confort que brinda el Sportage.