Además de los límites establecidos en la Ley de Tránsito para cada tipo de vía, los habitantes de Quito tenemos otro motivo de peso para controlar la velocidad de circulación: el deplorable estado en el que se encuentran varias calles.
Aunque la época veraniega no termina de hacerse presente como en teoría lo dicta esta altura del año y del mes, no es un mal momento para que el Municipio capitalino realice el habitual y necesario mantenimiento vial en una buena parte de la ciudad, actualmente afectada por baches y agrietamientos.
Salvo sorpresivas eventualidades y algunos días nublados y fríos, la ausencia de lluvias permitiría planificar esta labor y mejorar una situación que con el paso del tiempo tiende a empeorar y afecta a todo tipo de vehículos. No obstante, el tema podría pasar por una ausencia de recursos del Cabildo, a partir de la reducción de las asignaciones gubernamentales a los gobiernos seccionales.
En esas circunstancias, los ciudadanos deberemos tener paciencia y esperar a que hayan las condiciones para la ejecución de las obras, sin que ello implique dejar de expresar nuestros requerimientos a las autoridades competentes. Mientras tanto nos tocará conducir con mayor prudencia.