Mejoras en seguridad y precio aumentaron el atractivo y mantienen la vigencia de este vehículo. Fotos: Pavel Calahorrano/ CARBURANDO
La familia Sportage es para Kia algo muy parecido a lo que la Vitara fue para Chevrolet: una gama con tan buena aceptación popular que en el mercado nacional coexisten tres generaciones del modelo (segunda, tercera y cuarta).
Y así como la llegada hace cinco años del Sportage R no significó la descontinuación del Sportage Active, el lanzamiento del Sportage GT hace cuatro meses tampoco representó una amenaza para la permanencia de su antecesor.
Por el contrario, el Sportage R se posiciona como una muy interesante opción intermedia entre el ejemplar más antiguo y el más reciente, con cualidades propias que lo colocan en ese lugar.
Si bien no es un modelo nuevo, su moderno diseño y motorización lo mantienen plenamente vigente en el cambiante entorno del mercado automovilístico. A ello se suman las importantes actualizaciones que recibió recientemente en materia de seguridad, las cuales no solo aportan a la protección de los ocupantes sino que también mejoran la experiencia de conducción.
Además de los frenos de disco en las cuatro ruedas con sistema antibloqueo con los que ya contaba el Sportage R, ahora incluye un control electrónico de estabilidad que evita derrapes y pérdidas de control en circunstancias críticas.
LA FICHA TÉCNICA
Motor: cuatro cilindros de 1 999 cm3 y 16 válvulas con dual CVVT
Potencia: 154 caballos a 6 200 rpm
Torque: 191 Nm a un régimen de 4 700 rpm
Transmisión: manual o automática K-Tronic de seis velocidades
Suspensión: delantera independiente tipo McPherson, posterior de doble brazo con barra estabilizadora
Frenos: discos ventilados / discos sólidos
Neumáticos: 225/70 R16
Aros: de aluminio
Kia Sportage R, diseño moderno
Este elemento mejora notablemente el comportamiento dinámico del vehículo sobre superficies resbaladizas, especialmente sobre asfalto mojado, lo cual transmite confianza al conductor.
Además, está equipado con control de descenso y asistente de arranque en pendientes de ascenso. El primero es particularmente útil a la hora de tomar una pendiente de descenso pronunciada o deslizante, pues el sistema hace que el vehículo descienda a una velocidad de 7 km/h. Con ello el conductor solo debe preocuparse de controlar la dirección y no los frenos.
El segundo tiene una aplicación más cotidiana, al evitar que el vehículo se resbale hacia atrás en una cuesta. Como sucede con las cajas automáticas, el sistema activa los frenos durante unos pocos segundos mientras el conductor inicia la marcha.
El Kia Sportage R hace gala de su apariencia atractiva y tradicional buen desempeño derivado de su motor de 2,0 litros con elevadas cifras de torque y potencia. La conducción es cómoda y relajada gracias a una dirección con asistencia electrohidráulica que resulta muy suave y precisa, a un embrague de buen tacto, a una caja de cambios con un escalonamiento adecuado para la altitud de la Sierra y a unos asientos que resultan cómodos y brindan una buena sujeción.
Cabe mencionar que el Sportage R está siendo ensamblado localmente en la planta de Aymesa, la cual recibió las modificaciones necesarias para cumplir con esta tarea. Además, como vehículo de producción nacional que es, incorpora el porcentaje de componentes locales exigido por la Ley.
Vidrios, llantas, baterías, asientos y alfombras son solo algunos de ellos. Tanto el ensamblaje como la fabricación de las autopartes cumplen con los estándares de calidad exigidos por el fabricante coreano.
Es por esta razón que para el Sportage R rige la misma garantía extendida de siete años o 150 000 kilómetros que la marca ofrece para sus modelos importados. Y la particularidad del ensamblaje local de este vehículo tiene una repercusión en el precio final: el Sportage R ecuatoriano es ahora más asequible y muy competitivo.
Ricardo Rosales, gerente general de Aekia, firma importadora de la marca, confía en que este SUV se convierta en la primera alternativa de compra de una gran cantidad de usuarios del segmento.