A finales del 2014 la industria automovilística ecuatoriana atravesaba un buen momento. El cambio de la matriz productiva impulsado por el Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Industrias y Productividad, posibilitó que varias firmas autopartistas nuevas se instalaran en el país y que otras ya existentes aumentaran sus niveles de producción y diversificaran su oferta.
En ese año, 62 689 vehículos salieron de las ensambladoras nacionales (en el 2012 fueron 81 398) incorporando componentes tales como llantas, vidrios, asientos, baterías, cauchos, tapicerías, alfombras, etc., producidos en el país.
Menos de dos años después la realidad del sector es muy diferente. En el 2015 la producción local de vehículos cayó a 48 926 unidades y para este año la Cámara de la Industria Automotriz Ecuatoriana estima que descenderá hasta las 25 000.
Esto representa una amenaza para la supervivencia de ese sector, pues las empresas autopartistas y la industria ensambladora necesitan mantener niveles de producción que les permitan abaratar sus costos y ser competitivas frente a los bienes importados. De lo contrario, pudieran cerrar sus operaciones o trasladarlas a otros países.