Se espera que la edición 2016 reciba al menos la misma cantidad de visitantes del 2014. Foto: 3.bp.blogspot.comy flickr.com
En medio de la peor recesión económica de los últimos 25 años, que ha motivado que la producción y venta de vehículos caiga casi al 50% en relación con el 2012, la industria automovilística brasileña confía en que la
edición 29 del Salón del Automóvil de Sao Paulo de un importante impulso al sector.
Según los organizadores de la muestra bienal, que abrió sus puertas el jueves, las expectativas de negocio son de USD 100 millones y gracias a ello se podría cerrar el año con solo un 5,5% de caída en las ventas respecto del 2015.
El evento acogerá el lanzamiento de un centenar de nuevos modelos y expondrá alrededor de 500 vehículos de las principales marcas comercializadas en Brasil.
Las ventas de vehículos en Brasil entre enero y octubre de este año sumaron 1,67 millones de unidades, lo cual representa una caída del 22,28% con respecto al mismo período del año anterior, según datos de la Federación Nacional de Distribuidores de Vehículos Automotores (Fenabrave).
A pesar de este descenso, “el impacto del Salón en la economía de Sao Paulo es realmente brutal. Además, se generarán 30 000 puestos de trabajo entre empleos directos e indirectos“, dijo Paolo Octavio Pereira de Almeida, vicepresidente de Reed Exhibitions Alcántara Machado, empresa promotora del evento.
La “Romiseta” tendrá un lugar especial para conmemorar los 60 años del establecimiento de la industria automovilística brasileña.
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Después de 46 años, la exhibición abandonó el Centro de Convenciones de Anhembí y se trasladó al nuevo Sao Paulo Expo, con 90 000 metros cuadrados de exposición abierta y otros 20 000 de pistas para tests de conducción.
En homenaje a los 60 años que cumple la industria automovilística en Brasil, los promotores dedicarán un espacio exclusivo a la “Romiseta”, nombre con el que se conoce localmente al Iso Rivolta Isetta, el primer vehículo fabricado en ese país en 1956.
En su penúltima edición (2014), el Salón de Sao Paulo recibió cerca de 750 000 visitantes, cifra que lo confirmó como el quinto de su tipo en el mundo, después de los de París, Fráncfort, Detroit y Tokio.