En los últimos tres años, las restricciones a las importaciones de vehículos y el aumento de los aranceles que el Comité de Comercio Exterior (Comex) ha establecido en diferentes resoluciones han tenido un impacto considerable en los precios de los vehículos nuevos. En la actualidad, no solamente hay menos autos disponibles en los concesionarios, sino que también son más caros.
Los incrementos, que se han dado de manera progresiva, han llegado al punto de que ciertos modelos de automotores hoy cuestan casi un 60% más que hace cuatro o cinco años.
Si bien en el precio final también influyen factores como la inclusión de nuevos dispositivos de seguridad y el recambio generacional, algunos ejemplares alcanzan cifras prohibitivas que muchos potenciales compradores no están dispuestos a pagar, lo cual frena la tradicional dinámica comercial del sector.
Por ello, la compra de un cero kilómetros dejó de ser una prioridad para una cantidad considerable de usuarios en el 2015. No son pocos quienes prefieren dar un mantenimiento oportuno y de calidad a sus vehículos usados mientras esperan que las condiciones macroeconómicas del país mejoren para materializar sus aspiraciones.