¿Que los parlamentarios paguen a sus asesores?
Con las denuncias de cobros de diezmos de los asambleístas a sus asesores, se vislumbra un sistema de corrupción que incluye impunidad, ya que todo está en etapa de investigación. El Parlamento tampoco ha hecho mucho, porque no hay que olvidar que la asambleísta Norma Vallejo fue separada por tramitar cargos y no por supuestos diezmos.
Este sistema es corrupto y se basa en que los asesores contribuyan voluntariamente para el proselitismo de quien los contrató. Sin embargo, el presupuesto para estas contrataciones proviene del erario nacional. Un reportaje de este Diario expuso que en la Asamblea hay 1 316 funcionarios que demandan un pago anual de USD 36 millones .
¿Será entonces que la base de esa corrupción está en la contratación de los asesores con dineros públicos? Con el tiempo se ha bajado la cantidad de asesores, de ocho a tres. Si los asesores son necesarios para que los asambleístas propongan leyes de calidad ¿debe el Estado proporcionarles esta facilidad? ¿Llegó el tiempo en que los mismos asambleístas paguen a sus asesores y así acabar con esta corruptela?
Consultados a través de un chat periodístico iberoamericano sobre los parlamentarios y sus asesores, la primera respuesta muestra que el sistema es bastante naturalizado. “Por lo visto el diezmo es una gran tradición latinoamericana”, fue la primera respuesta del chat, dicha por el periodista mexicano David Santa Cruz.
A partir de eso el reporte de casos locales de diezmos fue bastante nutrido: concejales y parlamentarios colombianos denunciados; 20 congresistas brasileños investigados; las planillas para que los empleados de diputados en Panamá puedan subcontratar a familiares y asesores; congresistas peruanos destituidos; el caso del pastor congresista de Costa Rica que literalmente cobraba diezmos a sus trabajadores… y hay más.
Que los parlamentarios contraten de su propio bolsillo a sus asesores podría ser una solución que, al menos, debería debatirse.