En los últimos días han salido dos sondeos de opinión en los que se mide la confianza de los ciudadanos en las instituciones públicas y su percepción acerca del futuro. Se ve que hay una especie de confianza en el futuro. La aplicación de las vacunas ha causado ese efecto esperanzador, que hasta hace muy poco no existía.
En general, según una encuesta de Click, el 66,84% de los consultados ve al Ecuador con un mejor futuro. Cedatos, por su parte, dice que el 58,4% ve que el país camina hacia algo mejor. Un panorama alentador si se considera que la pandemia lo retorció todo, social, política, sanitaria y económicamente, y que (según Cedatos), solo hace un año, el 88% de los encuestados consideraban que el futuro no era nada alentador.
En términos generales, la confianza de los ecuatorianos en las instituciones no es alta. La Asamblea Nacional, a pesar de que recién cumplirá tres meses de gestión este próximo sábado, tiene una mala calificación. Click dice que tiene un 34% de rechazo. Cedatos preguntó si cree en la palabra de los asambleístas, y solo un 20,9% les tiene confianza.
El presidente de la República, Guillermo Lasso, disfruta según estos dos sondeos de una amplia confianza: 76,71% de los encuestados de Click cree que su gestión ha sido buena. Cedatos dice que el 73,5% aprueba lo realizado por su gobierno. Los consultados piden que se centre en el tema económico para generar bienestar y la generación de empleo (Click: 26,97%; Cedatos: 32,7%).
Estos sondeos llegan antes de los anuncios de marchas del Frente Unitario de los Trabajadores (FUT), que se realizarán hoy a las 16:00; así como las movilizaciones que la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) notificó al país que se haría, si el Gobierno no deroga los decretos con los que se eliminan progresivamente los subsidios a los combustibles.
En materia de estrategia política, sería interesante ver cómo cambian los números en adelante. Si algo les falta a los dos estudios es ponderar el grado de confianza que le tienen los ecuatorianos a la Conaie, con lo que se habría completado el cuadro de la realidad nacional. Una falla que deberían tener en cuenta.
La publicación de una encuesta en un medio de comunicación conlleva a una serie de procedimientos periodísticos. Lo más serio es no publicar este tipo de datos… pero, si se decide hacerlo, la norma básica es que nunca debe ir una sola encuesta. Así ha procedido este medio en las dos últimas elecciones, ya que una encuesta puede beneficiar a algún interesado y el medio puede ser usado… y ante todo está el bien común.
¿Por qué hacer referencia, entonces, a estos sondeos en este espacio? Simplemente, porque la luna de miel de los 100 días del Gobierno y las fuerzas políticas ni siquiera llegó a los 79. Desde hoy se avizoran tiempos convulsos para la economía y para el derecho a la protesta. Y los datos de un país con esperanza en el futuro apenas quedan como una instantánea de un momento casi irreal.
Se trata entonces de una paradoja en el plano de la sintaxis: es el retrato de un país que confiaba en el futuro.