Texto y contexto crítico

Texto y contexto crítico es un espacio de ideas libres sobre la política nacional. Otros artículos del autor: http://bit.ly/jImbaquingo

Jorge Imbaquingo

Jorge R. Imbaquingo

Licenciado en Comunicación Social por la Universidad Central. Knight Fellow Stanford University 2012. Es periodista desde hace 23 años. Colabora con el Grupo EL COMERCIO desde el 2016 como Editor de Ciudad. Actualmente ocupa el cargo de Editor Político.

Ecuador, el país donde no podemos ver al otro

Hace pocas semanas, este Diario realizó una serie de reportajes sobre los 40 años del retorno a la democracia en el Ecuador. Muchos de los analistas y personalidades políticas coincidían en que el país seguía polarizado, pero que, de alguna forma, había superado la época de las protestas que pueden acabar con el orden democrático. Quizá ese era el anhelo de una parte de la sociedad... eso apenas es una pequeña muestra sobre cómo un panorama determinado no permite ver la realidad de los otros.

Los 12 días de intensas protestas que finalizaron el domingo pasado mostraron esa poca validación de cada estamento de la sociedad ecuatoriana hacia el otro. Fue un periodo donde lo único verdadero era la visión propia, no la del resto.

En esta ocasión el catalizador fue la decisión del Gobierno de subir los precios de los combustibles. Entonces, a los transportistas no les importó dejar sin movilización a la ciudadanía y protestar. Los indígenas salieron por sus propios derechos, pero paralizaron a medio país. Los quiteños de clase media y alta vieron a los otros como invasores en su ciudad. Los infiltrados deliberadamente desataron una violencia generalizada. El Gobierno no cedió sino hasta el final. La Policía no tuvo piedad con muchos manifestantes y los mandó al hospital (y viceversa, aunque en menor proporción).

Todos salieron a protestar y se consiguió revertir el decreto. Pero la sociedad ecuatoriana se mostró tal cual es: clasista, xenófoba, que no aguanta al otro y que por lo tanto es violenta y eso la dibujó de cuerpo entero... una sociedad que no ha sabido superar las evidentes injusticias sociales, de las cuales viven profesionalmente los agoreros del mal, los que ruegan por un voto y los agitadores de rostros ocultos en las movilizaciones populares.

¿Será que algún momento dejamos de ver al otro como enemigo? ¿Será que algún momento el país entra en un proceso para revertir la inequidad que aviva la otredad?

Queda la duda.