Texto y contexto crítico

Texto y contexto crítico es un espacio de ideas libres sobre la política nacional. Otros artículos del autor: http://bit.ly/jImbaquingo

Jorge Imbaquingo

Jorge R. Imbaquingo

Licenciado en Comunicación Social por la Universidad Central. Knight Fellow Stanford University 2012. Es periodista desde hace 23 años. Colabora con el Grupo EL COMERCIO desde el 2016 como Editor de Ciudad. Actualmente ocupa el cargo de Editor Político.

En la Cancillería se deben aprovechar los dos mundos

Hay cosas que se aprenden en el camino. En la vida del periodista, una de ellas es sondear una fuente y encontrar voces que lo guíen día a día para informar al país. Hay fuentes tan variopintas y complejas que necesitan un esfuerzo adicional (incluso una dosis de buena suerte para dar con las personas adecuadas). La diplomacia es una de ellas.

Hace algún tiempo ya, un Canciller renunció a sus funciones. Rápidamente se hicieron los contactos para saber quién sería el reemplazo. Una vez con el nombre más recurrente entre varias fuentes, quedaba tomar el teléfono y llamar a esta persona. Su respuesta puede clasificarse como un apotegma: “Estimado, la verdad es que hay procesos que toman toda una vida y aquí estoy”.

Con esa respuesta vino la intriga. ¿Por qué esas palabras? ¿Dijo sí? ¿Dijo no? ¿Dijo todo lo contrario? Así que nuevamente empezó la ronda de llamadas a otros conocedores de la Cancillería. Todos coincidieron en que las palabras de aquel posible ministro de Relaciones Exteriores subyacía una afirmación: que el embajador me estaba diciendo que sí, que él sería el nuevo titular del Servicio Exterior del Ecuador, solo que lo había dicho en su argot críptico de diplomático. Dos días después fue confirmado.

De ahí que, en estos tiempos de transición de gobierno, cuando se habla con las fuentes del mundo diplomático resulta intrigante que esas personas sean tan directas al razonar que en la nueva administración el Ministerio de Relaciones Exteriores debía ser para alguien que provenga de la carrera diplomática.

Esta fijación tiene un motivo legal con implicaciones en la praxis diplomática: la Ley de Servicio Externo determina que la cuota política, es decir, los embajadores que pone el Ejecutivo que no pertenecen a la carrera diplomática, deben llegar al 20%, máximo; sin embargo, hay varios cálculos que muestran que esa cuota, bajo el mandato del actual Ejecutivo, está en el 40%, un problema que según el ex canciller Luis Gallegos, consultado por este Diario una vez que tomó posesión de su cargo en 2020, debía ser investigado por la Contraloría.

El problema de la elevada cuota política en el Servicio Externo desmerece el valor de un buen embajador que no sea de carrera. El balance debe ser la tónica del nuevo Gobierno, para aprovechar los dos mundos, el político y el de la diplomacia de carrera. Aprovechar el mundo político en el Servicio Exterior significa también tener la sabiduría de no poner amigos o, peor aún, familiares.

Caso aparte es el Canciller: debe gozar de la confianza del Presidente y, además, debería tener un liderazgo no solo adentro de la institución que va a manejar, sino también en el exterior.

El Presidente electo, Guillermo Lasso, ha dicho que presentará al frente económico y político el lunes 17 de mayo, a una semana de posesionarse en el cargo. Hasta eso deberá tomar varias decisiones clave, una de ellas la dirección del Servicio Exterior en un momento en el que las relaciones y el conocimiento de la esfera internacional son la clave para conseguir las vacunas contra el covid-19 que tanto reclaman los ciudadanos.