Texto y contexto crítico

Texto y contexto crítico es un espacio de ideas libres sobre la política nacional. Otros artículos del autor: http://bit.ly/jImbaquingo

Jorge Imbaquingo

Jorge R. Imbaquingo

Licenciado en Comunicación Social por la Universidad Central. Knight Fellow Stanford University 2012. Es periodista desde hace 23 años. Colabora con el Grupo EL COMERCIO desde el 2016 como Editor de Ciudad. Actualmente ocupa el cargo de Editor Político.

La Asamblea se enreda, a pocos días del cambio

La Asamblea tiene un gran reto: una reorganización que permita un flujo de iniciativas legislativas, acorde con las necesidades de la población, en términos de reformas económicas, sociales y políticas. Pero los entuertos y enredos de mayorías móviles se han hecho presentes en las últimas semanas y ese panorama se visualiza bastante nuboso.

El Parlamento debe tener definido hasta el 14 de mayo próximo cómo quedarán organizadas las nuevas comisiones permanentes y, por si esto fuera poco, las autoridades principales (presidente y vicepresidentes) y los vocales del Consejo de la Administración Legislativa (CAL).

La semana pasada, la presidenta de la Legislatura, Elizabeth Cabezas (AP), enfrentó un proceso que pudo dejarla fuera de su cargo como legisladora y de su posición como presidenta. Los bloques votaron divididos, no hubo mayorías para aprobar ningún informe de la comisión que la investigó, el que la condenaba o el que recomendaba no sancionarla. “Sobrevivió” incluso a una tercera votación para enfrentar un juicio político, propuesto por José Serrano, a quien ella sustituyó cuando fue depuesto como presidente de la Asamblea, tras un proceso en el que hubo un audio cuya legitimidad nunca se investigó.

Tras las votaciones, las bancadas legislativas quedaron divididas o, al menos, sentidas, a tres semanas de la reestructuración.

Esta semana se viene el juicio político a la excanciller, María Fernanda Espinosa. El bloque oficialista dice que no votará a favor, lo cual sería irse en contra de la investigación que lleva el Ejecutivo, desde la Cancillería, por la nacionalidad otorgada a Julian Assange.

En medio de estos galimatías políticos, surge la versión de que el correísmo emergería como fuerza, si logra que antiguos correístas, que se hicieron morenistas, dejen atrás su metamorfosis y reclamen su parte en las comisiones, así como el resto de bancadas que andan en lo mismo. Solo queda comprar el canguil para sentarse a ver la telenovela legislativa.