Solo para empresas y emprendedores

Es una columna que analiza la situación y los desafíos de las empresas, las pymes y los emprendimientos en el contexto económico ecuatoriano e internacional. Otros artículos del autor: http://bit.ly/xBasantes Twitter: @XAVIERBAS

Xavier Basantes

Lic. en Comunicación, U. Central. Posgrado en periodismo en U. Andina y diplomado en gestión empresarial del Tec de Monterrey. Periodista económico. Del 2009 - 2016, Editor de LÍDERES. Exeditor de El Comercio TV; ahora Macroeditor de Proyectos Multimedia.

Jóvenes, falta de empleo y crisis en el IESS

Cuando la esperanza de vida es más larga, las personas tienen que ahorrar más para la jubilación a lo largo de su vida laboral. Por eso, dice un análisis del FMI, la cantidad de dinero que una persona necesitará ahorrar dependerá del sistema de seguridad social de su país. Asimismo, el gasto público en pensiones -advierte el Fondo- aumentará en los países de mercados emergentes y de bajo ingreso, donde los gobiernos todavía no han reformado las prestaciones jubilatorias.

La seguridad social en el Ecuador atraviesa por una situación compleja y el Gobierno aún no aborda el tema con la urgencia que se requiere. Las cifras lo demuestran. El número de personas cubiertas crece más rápido que el número de aportantes: en el 2018 cada aportante debía financiar la cobertura de 2,56 personas; en el 2015 eran 2,40 personas. Si a eso se añade la descapitalización que se profundizó con el mandato de Correa, la situación del IESS es crítica e insostenible.

Como colofón, la concentración e las inversiones del Biess en el sector público no hacen más que elevar el riesgo y reduce las opciones de financiamiento a las empresas.

Las primeras opciones para solucionar este problema, más allá de insistir en el pago de la millonaria deuda del Estado al IESS, se dirige hacia incrementar el número de aportantes, elevar el monto de esos aportes y aumentar la edad de jubilación.

El primer escenario se podría alcanzar si en el país se pudieran generar más fuentes de empleo; aunque eso también pasa por reformar los mecanismos de contratación. Al Gobierno le asusta la frase ‘flexibilización laboral’, pero si no resuelve este tema solo pateará el problema para más adelante. Además, la realidad tecnológica derivada del mundo de las ‘apps’, obliga a aplicar reformas urgentes.

Mientras los cambios no lleguen seguiremos con resultados como el que mostró el INEC esta semana: el mercado laboral no mejoró el año anterior para los jóvenes; además, se incrementó la informalidad y eso no contribuye al fortalecimiento de la seguridad social.