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Es una columna que analiza la situación y los desafíos de las empresas, las pymes y los emprendimientos en el contexto económico ecuatoriano e internacional. Otros artículos del autor: http://bit.ly/xBasantes Twitter: @XAVIERBAS

Xavier Basantes

Lic. en Comunicación, U. Central. Posgrado en periodismo en U. Andina y diplomado en gestión empresarial del Tec de Monterrey. Periodista económico. Del 2009 - 2016, Editor de LÍDERES. Exeditor de El Comercio TV; ahora Macroeditor de Proyectos Multimedia.

Ecuador dice adiós a la OPEP

Viena fue esta semana sede de la que prácticamente se constituyó la última reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en este año. El objetivo de la cita fue buscar más acuerdos con el fin de mejorar los precios, con base en nuevos recortes de producción. Pero este encuentro también fue el último en el cual estuvo Ecuador, considerado el socio más pequeño del cartel.

A inicios de octubre, el Gobierno anunció su salida de la organización, a partir del 1 de enero del 2020. La decisión obedeció a la necesidad de buscar más fuentes de ingresos, a través del aumento de la producción petrolera y lograr la sostenibilidad fiscal.

Ecuador ingresó a la OPEP en 1973 y en 1992 decidió suspender su membresía. Entre los argumentos señalados en el gobierno de Sixto Durán Ballén se mencionaron aspectos de orden económico y que el país obtenía escasos beneficios como miembro. Pero en el 2007, con el apoyo de Hugo Chávez, el país decidió retornar a la organización. 12 años después se espera el balance final de los resultados logrados en la OPEP.

Con esta decisión y desde el próximo año, el país tendrá la ‘libertad’ de incrementar la producción de crudo sin tener que someterse a las cuotas impuestas desde el cartel. Ahora también se espera que aumenten las inversiones en los campos petroleros.

El Gobierno calcula que el próximo año la producción, tanto estatal como privada, alcanzará los 542 000 barriles diarios, con la incorporación de Ishpingo (ITT). Y la meta para el 2021 es alcanzar los 580 000 barriles, lejos de los 700 000 previstos inicialmente.

Si bien el Ejecutivo apunta al aumento de la producción de petróleo como el salvavidas para tratar de superar los problemas fiscales el próximo año, el escenario político electoral así como las protestas sociales y ambientales contra la política extractiva serán determinantes a la hora de esperar más ingresos.

La dependencia del petróleo para la economía ecuatoriana hace que este tema sea bastante sensible para la gestión gubernamental.