Ese fue el exhorto principal que se destacó en la reciente celebración de los 82 años de vida institucional de la Cámara de Industrias de Guayaquil. Los empresarios esperan acciones más concretas desde el Ejecutivo, para apuntalar la generación de empleo, robustecer a la economía y ser más competitivos.
Un mensaje similar se notó en la reciente conmemoración por los 112 años de aniversario de la Cámara de Comercio de Quito. A lo que suman las aspiraciones de los exportadores en su reciente encuentro en Manta.
Si bien hay más señales de apertura en el ámbito de comercio exterior, aún hay tareas pendientes en asuntos laborales, regulación y tributación. El pedido es recurrente.
Ante esas peticiones, las reacciones oficiales llegan por goteo. En el discurso gubernamental se ha destacado con insistencia -en el transcurso del segundo semestre-, el beneficio que otorga al sector privado la Ley de Fomento Productivo y así atraer nuevas inversiones. Sin embargo, hasta la fecha, no se expide su reglamento y muchas de esas intenciones siguen en lista de espera.
Hay un nuevo ofrecimiento de que esa publicación se realizará en los próximos días, aunque está por fenecer el 2018. Ojalá.
‘Menos discurso (menos anuncios, sobre todo) y más resultados’ es el pedido no solo de los grandes industriales sino de los pequeños empresarios y los emprendedores.
Eso, porque los discursos no solo se concentran en el Gobierno. Desde hace años sigue estancado el análisis en la Asamblea, de la tan esperada ley de fomento al emprendimiento. Muchos legisladores hablan muy bien y salen en las fotos, pero las gestiones se quedan cortas a la hora de dar impulso a un sector que por sus propias iniciativas son reconocidos en el mundo. Una muestra de ello fue la reciente premiación a los emprendedores del año realizada por la Alianza para el Emprendimiento.
Si desde la gestión pública hubiese más resultados y menos discursos, seguramente se superarán esos USD 17 000 millones que, ‘se dice’, invirtió el sector privado en este año.