Solo para empresas y emprendedores

Es una columna que analiza la situación y los desafíos de las empresas, las pymes y los emprendimientos en el contexto económico ecuatoriano e internacional. Otros artículos del autor: http://bit.ly/xBasantes Twitter: @XAVIERBAS

Xavier Basantes

Lic. en Comunicación, U. Central. Posgrado en periodismo en U. Andina y diplomado en gestión empresarial del Tec de Monterrey. Periodista económico. Del 2009 - 2016, Editor de LÍDERES. Exeditor de El Comercio TV; ahora Macroeditor de Proyectos Multimedia.

¿La agenda productiva pasó a segundo plano?

El problema fiscal definitivamente es el mayor escollo que debe sortear la economía ecuatoriana, y de allí todos los esfuerzos del Gobierno por buscar salidas. Ahí están el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la intensa búsqueda de financiamiento con multilaterales y otros acreedores externos.

Ese apuro por tapar los huecos que dejó el Gobierno anterior ocasionó que por ahora la tan ansiada agenda de desarrollo productivo quede en un segundo plano. El balance del primer año de vigencia de la Ley de Fomento Productivo es una muestra de que ese interés por darle al sector privado el protagonismo económico está en un compás de espera. Más aún cuando en la hoja de ruta del Gobierno consta el fortalecimiento de la competitividad y a partir de ello plantearse mayores retos de apertura comercial.

Con la Ley de Fomento Productivo se esperaban inversiones anuales por más USD 3 000 millones, pero estas apenas alcanzaron un 50% de ese monto, en el primer año de vigencia. Si bien el retraso en la aprobación del reglamento frenó algunos proyectos, desde el Ejecutivo se anunció una Ley de Fomento Productivo II, para complementar los incentivos que permitan despuntar al sector productivo. Esa intención prácticamente se esfumó de la agenda oficial.

Entre las prioridades de reforma que se anuncian para el tercer cuatrimestre constan las laborales, tributarias, las del Código Monetario, entre otras. Pero aún se desconocen contenidos y fechas de envío a la Asamblea Nacional. Eso también inquieta al sector privado, confunde y frena la planificación.

En algunos casos se han instalado mesas de trabajo y se esperaría que haya consensos, para que esas nuevas normativas beneficien tanto al sector público como al privado.

Lamentablemente se necesitan más leyes (aunque a veces no traen soluciones), que permitan el desarrollo productivo, pero se avanza a paso lento. Recién se envió un proyecto de Ley orgánica de Pesca; además se espera que al fin se apruebe la Ley de Emprendimiento.